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sábado, 14 de enero de 2012

INTRIGA, cosquillitas en la barriga

Conforme empiezo a escribir esto me vienen a la cabeza pensamientos absurdos, sin sentido...
Desvaríos de los míos.
Barriga. ¿Hay una palabra más horrible que barriga?
Algunas palabras deberían ser expulsadas del diccionario. Es más, los diccionarios deberían tener derecho de admisión.
Es una palabra fea tanto a la vista como al oído. Se ve mal, pero suena aún peor.
Definitivamente voy a sustituir la palabra barriga por tripa, siempre.
Supongo que el motivo será mi repulsa a la doble r, pero a veces la tolero...

Para mí, la intriga no es más que sentir cosquillas en la TRIPA.
Cosquillas que aparecen un número de veces ilimitadas a lo largo del día, y es que no sé si seré yo, pero cualquier aspecto de la vida cotidiana puede llegar a parecerme jodidamente intrigante.
Por ejemplo, llegar a la facultad.
Seguramente será por lo que leo en un muro próximo a esta.

"HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA"
¿Por qué no? A partir de ese momento, que suele ser la X hora y 27 minutos de a lo largo de la mañana, empiezo a aventurar cuales serían los factores determinantes que harían de hoy, un gran día...
Posteriormente sonrío, noto esa sensación en el estómago y me doy cuenta de que solo por hecho de ser sensible a este tipo de simpleces, ya ha merecido la pena levantarse, porque hoy puede ser un gran día...

jueves, 8 de diciembre de 2011

Larga vida a los tópicos

Nunca tuve miedo a mostrarme cómo soy.
Siempre pensé que es infinitamente más bonito mirar a los ojos y ver con claridad que tener que leer personalidades entre lineas.
Nunca creí en máscaras, caretas, escudos o disfraces.
Siempre pensé que la desconfianza es un lastre que menosprecia la realidad y la convierte en una farsa.
Nunca me arrepentí de ser auténtica, sin embargo siempre tuve un ojo clínico para calar a quiénes no lo eran.
Nunca creí en los sinsentidos, pero ahora estoy segura de que las relaciones humanas no lo tienen.
Paradojas de la vida...
Nunca me gustó la connotación de la palabra circo en sentido figurado, aunque ahora me parece más que apropiada, además me hace reflexionar.
¿Por qué la usamos de manera negativa? Circo como sinónimo de farsa, de mentira.
Para mí un circo es alegría, sorpresa, ilusión...
Ojalá la vida fuera un circo.



domingo, 4 de diciembre de 2011

Cirque du Soleil, Alegría

Siempre soñé con poder asistir al Circo del Sol, y ahora que lo he cumplido, no sé que siento.
Alegría, se llamaba el espectáculo y es precisamente lo que más se respiraba en el ambiente.
Gente de todas las nacionalidades, de todas las edades, de todas clases sociales, vestimentas y estilos.
Variedad en todo momento, tanto en el público cómo en el espectáculo.
El Martín Carpena a reventar, ansioso de que el Gran Circo diera comienzo.
Asoman los primeros payasos, haciendo eso, cosas de payasos.
Fue éste, y no otro, el momento en el que los que estábamos situados en las zonas altas nos lamentamos de no tener suficiente dinero para estar en las primeras filas e interactuar con ellos.
Se apagan las luces, comienza el espectáculo.
He de decir, que me esperaba algo más grandioso, la verdad.
Payasos y saltimbanquis en mallas ocuparon el escenario. Vagaban, sin ton ni son. Sin hacer nada en especial.
Pero mi entrecomillada decepción duró poco.
Equilibristas de escándalo, haciendo cosas que nunca pensé que vería, ni si quiera en Tu si que vales. En soportes extremadamente limitados y extravagantes, incluso en varias ocasiones los propios integrantes del Circo eran el soporte. En una palabra: ALUCINANTE.
Tragafuegos del montón, eso sí, sumamente sincronizados.
Contorsionistas de infarto, de las que dejan sin aliento. Aunque no creo que sea sano tocarte la nuca con las nalgas.
En cuanto al humor, fantástico. Simple y sano, para todos los públicos.
Yo destacaría dos momentos claves durante las dos horas de espectáculo:

  • Se abre el escenario formando un aspa. La gente flipa, literalmente. A continuación acuden al escenario unos 20 saltimbanquis. Sí, el aspa es una cama elástica. La fusión entre sincronización, coreografía y volteretas y acrobacias era simplemente perfecta y escalofriante. 
  • La gimnasta. Yo, cómo la mayoría de las niñas pequeñas e ilusas soñaba con serlo, supongo que por eso me emocionó especialmente. Flexibilidad, danza, arte, cintas y lo más importante, 8 hula hoops, centrados en un chica capaz de llenar un escenario enorme, sólo con su actitud y su presencia
La guinda del pastel, rozando lo orgásmico la puso el trapecio, y sus trapecistas. No uno, ni dos, ni tres, ni cuatro sino ocho personas extraordinariamente coordinadas volando sobre nuestras cabezas. Nunca antes había estado tan encogida a la vez que entusiasmada en mi vida. 20 minutos de peligro constante en los que todo el Martín Carpena exclamaba al unísono "¡oh!". 
Babilónico, brutal, formidable, legendario, prodigioso, sensacional, SOBERBIO.

Mi único pero, quizá serían las transiciones. Entre acción y acción el ambiente decaía. Es cierto que es muy complejo mantener la atención constantemente durante un espectáculo de más de dos horas, pero creo firmemente que las transiciones eran mejorables.
Supongo que eran el momento oportuno para familiarizarse con los artistas, los personajes, admirar el maquillaje y la compleja vestimenta, pero la mayoría del público no podía hacerlo, estaba demasiado lejos.

Por último he de decir que el final tampoco fue totalmente de mi agrado. Estaba esperando como agua de mayo la canción que muchos conoceréis "Alegría" típica del Circo del Sol, y algo grande mientras ésta sonaba. ¿Qué menos? Se titula así el espectáculo. Pero para mi ingrata sorpresa sólo salieron a despedirse mientras la banda sonora del Cirque du Soleil sonaba bajito.

El balance es positivo, muy positivo. Se pone de manifiesto el esfuerzo, sacrificio y la dedicación durante años de más de 50 personas sin contar con los que no dan la cara, que han hecho un trabajo impecable, sonido, efectos especiales... INMEJORABLES.
Conmueve.


sábado, 3 de diciembre de 2011

Oda Navideña

Necesito un giro de trescientos sesenta y cinco grados. Una locura. Algo improvisado...
Aunque sea efímero, mentira o reprochable.
Ir a algún lugar que me haga sentirme ignorante.
Que me embauque en sus callejones sin importancia y me muestre nuevas partes de mi misma, quizá buenas, quizá malas.
Con opción a criticar, su arquitectura, su belleza, su gente, su ambiente...
Lo más IMPORTANTEque no sea lo de siempre.

Que sea un sueño, o lo parezca, que me ilusione y me enternezca.
¡Que me rescaten ya! de éste ataúd llamado RUTINA, y que me inyecten en vena un chute de nitroglicerina,
que quiero vivir, llorar y reír, perderme, buscarme, encontrarme y sentir, la lluvia en mí, mis labios carmín, y un rayo de sol...
Acampar por el mundo, sin un puto duro, pero con corazón.

Pero que sea de verdad.
NO quiero falsas ilusiones, creadas por el marketing, impuestas socialmente. ¡Oh blanca Navidad!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

A día de hoy

La verdad es que siempre he escrito para mí, y no voy a dejar de hacerlo ahora, aunque me parece un buen momento para empezar a compartir..
Como supongo que sabreis, no encontraréis aquí nada interesante. De hecho puede que no encontréis aquí nada, sólo reflexiones de una lunática que necesita plasmarlas.
Digo que me parece un buen momento, porque es mi segundo año de carrera, periodismo. Y la verdad, me gusta lo que hago. Me gusta lo que pienso y me gusta lo que escribo, he aquí el motivo de mi blog.
Lo único que podéis esperar de este lugar en la red es pararos a pensar, o simplemente a reiros de mí. 
No sé si escribiré sentimientos, pensamientos, paranoias de cuando esté bajo los efectos del alcohol, noticias, crónicas, ironías de la vida o chistes malos de esos que tanto me gustan. Lo único que sé es que cada vez que algo me inspire, vosotros también lo sabreis.